He visto al señor de la sonrisa torcida y los ojos de mar. Tiene el pelo blanco y el rostro surcado de arrugas, su mirada no está aquí, navega en un barco de vela con rumbo desconocido. Me he contemplado a mí mismo en sus manos, desgastadas, en su sonrisa de saber más que los libros, más que la vida. Esa juventud que guarda tras los labios.
Es un marinero perdido en la ciudad. Lo dice su chaleco, los adornos de su gorro. Un personaje fugado de una novela que ha traído un poco de costa a este desierto de cemento. Y yo contemplo la vida que me gustaría vivir, la que sólo atisbo entre páginas, desde el asiento de atrás.
No sé hablar sobre el mar, pero lo echo de menos. Echo de menos la brisa, las olas, el olor a salitre, la arena, las gaviotas. Necesito huir de la contaminación que tengo tan dentro.
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Voy a confesar que llevo media hora intentando encontrar las palabras. Vamos a achacarlo a que hace muchísimo que no escribo y estoy totalmente desaparecida de blogger. Porque sé la sensación que tengo al leer esto pero no sé escribirla. Y la verdad es que no sé muy bien qué decir, pero me ha encantado leerlo.
ResponderEliminarSolo sé que tengo unas ganas inmesas de huir de la ciudad y ver el mar. (y de escribir).
me ha venido el olor salado del mar, esa brisa tan característica, el sonido de las gaviotas, todo eso al leer tu entrada. también me he acordado de El viejo y el mar. estaría bien irse algún día en su barco a dar una vuelta ¿no? y alejarse aunque sea por un momento de la ciudad y su contaminación.
ResponderEliminar(saludos)
leerte ha sido como sumergirme en el agua, con los ojos cerrados, las olas golpeando en la superficie, provocando que no fuese completamente pesado el silencio del mar.
ResponderEliminarY después salir del agua y respirar.
(abrazos fuertes)
Corre y no pares hasta llegar a la orilla del mar, descontamínate. El mar es el mejor refugio del mundo entero.
ResponderEliminar(sonrisa de elefante)
Yo vivo con el mar adentro y a veces se me sale un poco por los ojos. Aun así es difícil meterse allí dentro y escapar de este ruido, de toda la gente caminando a prisa, de todo el gris que carga la vida.
ResponderEliminarHan sido lindas palabras
Saludos!
con lo que me has hecho recordar, imaginar y ansiar, sólo tengo ganas de darte la mano y correr a ahogarnos en esa vida que no vamos a vivir.
ResponderEliminarEl mar es libre e infinito, el único lugar en el que uno puede reírse sin parar y que nadie le detenga. Es el amante perfecto.
ResponderEliminarBesitos
Miss Carrousel