27.3.16

El invierno más bello de todos.


Entendí que le quería demasiado tarde, te juro que corrí detrás de ella, Sam. Las ramas me arañaron  cara, me caí tantas veces que perdí la cuenta y terminé corriendo a oscuras, porque mis ojos se cegaron. 
Sentía las gotas de lluvia como pequeñas agujas hiriendo cada pequeña parte de mi ser y creí que mi pecho iba a arder, hasta que logré ver su pelo negro delante de mí. Iba descalza y dejaba un reguero de sangre tras sus pasos; era el pájaro más hermoso de todos, también el más herido. 
Cuando agarré su pálida muñeca me sorprendí, una vez más, de que en vez de un ala rota tenía una bella pieza de mármol entre mis manos, dura y fría, como su interior.
No se sorprendió de verme en la parte más oscura del bosque, a su lado, no abrió la boca pero el sonido de su voz atravesó mi aliento, partiendo de sus ojos. Un pestañeo y mi corazón se habría parado por completo. 
Recordé nuestra última conversación.
-Siempre que una mujer cruza esa puerta es como ver entrar a la primavera; sus labios rojos, sus pómulos como pétalos de rosa, ¿crees que yo también podría ser la encarnación de la primavera?
Miré sus ojos negros, su pelo del color de la noche, su piel…
-Tú eres el invierno más bello y devastador de todas las estaciones que hagan tintinear esa campanilla. 

Le hice reír y comenzó a nevar. 

Participación en el proyecto semanal de Elito. ¡Atreveos con él! ❤ 

5 comentarios :

  1. Eso es lo que yo llamaría persistencia...

    Saludos,

    J.

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  2. Cuando queremos algo de verdad, insistimos.
    Saludos

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  3. me acaba de estallar el corazón, Trece, así, sin más ¡boom!.

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  4. He sentido el frío de su muñeca como si fuera la de una de porcelana,
    pero porcelana astillada. Sangrante.

    Un abrazo,
    S.

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  5. 'Una vez le hice reír y ahora quiero hacerlo siempre.'
    Ahora a todo le pongo su nombre, pero tampoco abro la boca.

    Hasidoflipante.

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