28.9.16

El preludio de tu huida.


He visto tu sonrisa, inalcanzable y mortífera, alejarse con el meneo de tus caderas; me he despedido de tu nuca. 

Adiós, mi amor, siempre nos quedará el infierno. 

2 comentarios :

  1. Las despedidas siempre duelen, más o menos, en el lado izquierdo o el derecho del corazón, da igual, duelen, escuecen, te hacen pensar en el por qué, en el con quién, en el y ahora qué. Pero a veces son tan necesarias que hasta te sorprendes de lo bien que estás cuando ha pasado tiempo de decir adiós, y no hay intención de volver a susurrar a esa persona cualquier palabra de bienvenida.

    eres arte.

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