—Mira tío -el pelirrojo señala con la cabeza a su izquierda, a la pista, y en voz más baja le indica.- la rubia de la falda roja.
En un lado de la sala hay una
mujer bailando sola, con la melena teñida hecha un desastre, enredada.
Sacudiendo la cabeza al ritmo de la canción de los setenta que hace temblar la
barra. Prácticamente se disloca el cuello durante los tres minutos que dura el
tema.
Hacia el final, cuando va
ralentizándose, antes de extinguirse por completo, la joven alza la cabeza y se
queda estática durante unos segundos, con los ojos cerrados, dejando que sus
curvas se muevan lentamente.
—Tiene una cara muy rara, ¿no? –el
pelirrojo no ha apartado la mirada tampoco, igual que él, ambos la miran, sin
saber muy bien por qué.- como ausente y cabreada a la vez. Mira cómo mueve los
dedos… Esa fijo que está pirada de la cabeza, tío, no me preguntes por qué.
El moreno ríe, y no puede parar
de reír, porque la rubia ha girado sobre sus pies y ahora le mira a él, sin
duda alguna, desde una distancia mucho más corta. Mucho más corta si ella me mira, piensa.
Le mira pero no se acerca, sino
que le ve resoplar y volver a un rincón, sola. Siempre sola.
—Seguro que de esa podrías sacar
tres novelas, y un par de polvos –joder, qué pesado…- Eres un capullo, ¿quieres
dejar de mirarle ya? Ha venido sola, esas son las más difíciles. Se te pegan al
culo, están desesperadas, mejor vamos a por el grupito de la derech… -el moreno
no puede soportar más la monserga del imbécil con el que ha salido, así que se
levanta, deja el dinero de la copa en la barra y se dispone a salir del local.
Tres novelas no sé, pero tal vez
un lienzo, tal vez un poema. Tal vez el café por las mañanas… Tal vez otro día.
— ¡Adam! Joder, ¿ya te vas? –Al parecer
le han seguido fuera.- ¡Pero si todavía no hemos pasado a la segunda ronda!
—No sé, tío, me duele la cabeza,
será mejor que vuelva a casa. –y, aunque sabe que no será así, se le ocurre
sonreír mientras dice que le llamará en otro momento.

Adam. La chica rubia de la melena alborotada.
ResponderEliminarLa rubia se merece un lienzo, y Adam se merece siete vidas enteras.
(creo que me he enamorado de Adam)
Lisboa♥
Quiero ver cómo Adam baila con la chica de la melena alborotada.
ResponderEliminarQuiero verlos bailar entre tus letras.
Te abraza,
S.
Tú sí que te mereces tres novelas, en mi estantería, firmadas por ti y por tus personajes robacorazones y quitasonrisas.
ResponderEliminarQuiero saber cómo acaba esa mujer despeinada y seguro, seguro, seguro, con una vorágine en la mirada y mil historias dentro del corazón. Y a ver Adam cómo me consigue enamorar, que ya le queda poco.
(estos dos me suenan y sus nombres me dicen que les conozco, y me gusta reconocerlos y saber que fueron un escrito genial, como los tuyos, como los de siempre, como los del número impar)
abrazo enorme
enorme enorme