21.11.17

Domingo.

Me encantaba pensar en los domingos que nos quedaban por vivir, en pisar el parqué del pasillo con la desnudez completa del cuerpo y la libertad de nuestros labios. 
La risa; grito y eco de la felicidad que precedía a la rutina. 
Me gustaba pensar que, entre caricia y caricia, entre soneto y soneto, estaban las pistas para ganar la partida a la vida, en nombre de un sentimiento fugaz. Pensar en ella como un canto a la existencia, una apuesta ganada a la muerte, la ficha que faltaba del puzle; tal vez, la que siempre sobraba, pero que no hacía falta que encajara, solo que me recordase que el mundo a veces es así, incompleto, perfecto. 

1 comentario :

  1. QUÉ BIEN LEERTE, LECHES.
    Noto muy fresca tu forma de escribir, aunque sea con un texto muy distinto, y siempre me siento tan a gusto leyéndote. Ay.
    Abrazos.

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