31.8.18

Alas de mariposa.

Tú no le conoces, te susurro. No sabes nada de esa melena morena y esos ojos pardos, nada de esas manos —alas de mariposa, en realidad—, nada de esa risa de hiena, ni de esa piel de cristal.
Tú ves ese cuerpo —esa escultura—, pasar por delante, sacudir la sombra que reposa en sus hombros, y carcajearse de la vida; de la muy puta.
Y no sabes que, cuando el dique se rompe y las lágrimas desbordan, ella sube la música, una canción animada de décadas pasadas; y entonces se restriega los ojos hasta que desaparece toda prueba de esa tormenta interior. Sonríe y sacude la cabeza hasta marearse, porque a pesar de todo, aunque llorar esté bien, ella ya está harta de ello.

Tú no sabes que se calla todas las ofensas porque al final no quiere saber nada de la vida, ni nada de nadie. Y que esa cerveza no es una cerveza cualquiera, es la excusa que tiene para volver a ser humana. 

No hay comentarios :

Publicar un comentario