18.9.18

3:30

He borrado sin querer todos los recuerdos que conservaba de aquella época, ya sabes; los años en lo que llevaba el pelo salvaje y la mirada de hielo y fuego. 
Las manos que me estrujan el alma son las mismas que sujetan la correa de las hienas que devoran mis entrañas, por otra parte he encontrado un tacto que me acuna por las noches, una forma y una herida que no me son ajenas, una pena, un miedo que no me atañen pero que son yo, al fin y al cabo. 

Una canción regurgitada por un viejo instrumento de viento y un marco que resguarda la obra del artista que está enterrado en la habitación de al lado. He perdido en otras sábanas el pelo y me he dejado las uñas en la piel de los muslos; me duelen las gotas de sangre pero me calman a su vez. Los dientes castañean ansiando el sabor dulce de carne fresca, de repente soy las hienas también, de repente no encuentro mis manos porque están atenazando mi existencia, burlando mi respiración y apagando mi mirada. 

Estoy a punto de explotar, de volver a lo salvaje y a lo oscuro; he borrado sin querer todo lo que era. 

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